lunes, 7 de marzo de 2011

Amargo despertar

Hace un par de meses los entendidos en materia económica aseguraban en múltiples foros y tertulias que habíamos tocado fondo, que la cosa ya solo podía ir a mejor. Se equivocaban.

Un día si y otro también nos levantamos viendo como el litro de gasolina alcanza precios históricos superando los 1.30 euros. Nunca se había pagado tanto por llenar el depósito.

Nos despertamos sobresaltados, otra vez,  porque se anuncia que los tipos de interés subirán en abril y por lo tanto pagaremos más por nuestras hipotecas. Quien avisa no es traidor. Subirán pues. Las hipotecas, no los sueldos.

Y subirá la leche, y el arroz, y las judías verdes, y los pañales, y la gaseosa, y la lata de callos a la madrileña y hasta el precio del alquiler de la pista de padel, que ahora está tan de moda por culpa de Aznar. De lo que estoy completamente convencido es de que no subirá la credibilidad y la habilidad de estos de lo público que hoy nos gobiernan. No se ven los brotes verdes. Los que dicen empezaron a brotar se han secado, han muerto, se han marchitado conforme ha  ido subiendo la temperatura de los curritos de la Piel de Toro asfixiados por una pésima gestión. Y lo peor es que el pasar de los días va generando igualmente que los censados en España no crean tampoco en la capacidad de los que hacen oposición. No la tienen, y si la tienen, no la demuestran.

Curiosamente hoy, los mismos que decían hace dos meses que los brotes del Gobierno se estaban dejando ver, por no se qué horizonte, vuelven a asegurar que ya si que hemos tocado fondo y que no se puede caer más bajo. No me lo creo.

Estoy convencido que aun tendremos que lidiar con nuevas subidas, nuevos recortes, más desempleo, más desesperación de cientos de miles de familias ante esta situación que tiene ya tintes casi dramáticos.

A todo esto habrá que estar pendientes de las nuevas y brillantes propuestas que anunciarán, seguro, los que mandan para, por nuestro bien y el de nuestra cuenta bancaria, ahorrar por lo que pueda pasar. Seguro que nos vuelven a sorprender.

Tendrá que ser así.

* Artículo publicado en Diario Ideal el viernes 11 de marzo de 2.011