martes, 29 de marzo de 2011

Pasarán por tribuna

Como dice la coplilla de “Los Delinquentes”, la primavera trompetera ya llegó. La ciudad regala luz y alegría después de meses fríos y oscuros. Cambia la cara y la decoración de nuestras calles, parques y patios, que ven como florece el verde intenso del buen rollo primaveral que causa, sobre todo, la cercanía de las elecciones municipales de mayo.




Observamos como, ahora que asoma el mes de abril por el horizonte, brotan las buenas intenciones y las promesas de los candidatos a ostentar el bastón de mando de nuestros ayuntamientos los próximos cuatro años. Ese es el objetivo de los unos, y también de los otros, a sabiendas que quizá no hayan cumplido con el compromiso adquirido con sus vecinos y votantes en la campaña de 2007.

Seguramente, estos de la clase política caigan ahora en la cuenta que, al igual que nos pasaba cuando éramos zagales en época de estudios, posiblemente hayan dejado para el último día lo de estudiar para el examen de mayo y claro, al final el profesor lo mismo los termina cateando.

Tanto los unos, como los otros, son conscientes de que el “cero patatero”, que diría Aznar, puede rondar sus clasificaciones finales. Lo que ocurre con esto de la política es que si suspendes, no repites como pasaba en el colegio, y por eso todos hacen, deprisa y corriendo, todo lo posible por intentar ganarse la simpatía del desconfiado ciudadano y conseguir así rascar un voto que les garantice el aprobado, y para ello lucen su mejor sonrisa, su perfil más agraciado y vienen con regalos para todos.

Los partidos políticos recuperan con la llegada de la primavera su espíritu más pelota (hacer o decir, con intención, lo que se cree que puede agradar a otro para conseguir algún beneficio) haciendo todo tipo de promesas a la parroquia para conseguir algún beneficio futuro, o lo que es lo mismo, su preciado voto.

No deberían de olvidar tanto los unos como lo otros que el contribuyente empieza a sufrir la alergia que le producen tantas promesas que, seguramente quedarán en eso, en una promesa, en una intención sin cumplir, otra vez.

Ahora que se acerca la Semana Santa, los partidos políticos “pasarán por tribuna” que diría mi paisano el “secre”, lo que se traduce en que todos serán juzgados por su gestión después de cuatro años marcados por un cambio tan radicalmente doloroso de nuestras vidas que nos hace presagiar que difícilmente podamos recuperar el nivel de vida que los curritos habíamos llevado hasta el momento.

Ha llegado la hora de ajustar cuentas y de dar a cada uno lo que se merece. Se disipa la niebla matutina del invierno gracias a lo cual lo vemos ahora todo mucho más claro. Es el momento de desprenderse del abrigo y quizá de algo más. Nos vemos en las urnas.

Tendrá que ser así.

*Publicado en Diario Ideal el 29 de marzo de 2011