martes, 24 de mayo de 2011

Vaya papeleta

Ni el tranvía, ni las obras de los barrios, ni la nueva plaza de Santa María, ni una a veces forzada sonrisa amable, ni tan siquiera la escoba de plata han sido créditos suficientes para que el PSOE y su cabeza de lista y alcaldesa ya en funciones de la ciudad, Carmen Purificación Peñalver consiguiera en las urnas llevarse el gato al agua y conseguir el voto de confianza que la mayoría de los jienenses tampoco le otorgó hace ahora cuatro años, por lo que se vio obligada a gobernar la ciudad gracias a los favores de IU.


Han sido cuatro años muy duros en el seno del equipo de gobierno en coalición en los que hubo varios conatos de divorcio que al final no se consumaron por los intereses de los unos y también de los otros. Los votantes han hecho de juez con su voto y han dictado sentencia otorgando una holgada e histórica mayoría absoluta al “Pepé”  cediendo así el bastón de mando a José Enrique Fernández de Moya.

A Fernández de Moya no sé muy bien si felicitarle o más bien compadecerme de él y de sus 15 concejales, porque han cogido una patata que más que caliente, está que arde y, la verdad, no hay por donde cogerla sin que uno se queme.

La principal papeleta con la que se encuentra es la delicada, difícil y maltrecha situación de las arcas municipales que están en un coma profundo del que no sabemos muy bien cuando va a despertar, si es que consigue hacerlo. Por si esto fuera poco, a la cebolla económica del consistorio se une un gasto aún por determinar por la apuesta, el capricho o como ustedes quieran llamarlo -que no necesidad, no se confundan- del trenecito que ya circula por las calles de la ciudad y que casi todos los especialistas y entendidos en materia económica tachan de no rentable en mayúsculas, después de hacer muchas cuentas. Vaya papeleta.

Por cierto que el PSOE devuelve al PP el favor: Los de izquierdas inauguraron el teatro de Nestares y el PP, y ahora Fernández de Moya puede hacer lo mismo con el proyecto estrella de Peñalver: El Tranvía. La pregunta es: ¿habrá inauguración con cortecito de cinta, o el futuro alcalde pasará del tema mientras maldice su suerte por la herencia? Ya veremos.

Ahora toca esperar para ver los primeros movimientos de los unos y también de los otros. La instrucción va a ser muy dura tanto para los que gobernarán a partir de ahora esta ciudad, como para los que han sido elegidos para hacer oposición. Seguro que alguno se queda en el camino.

Tendrá que ser así.

 *Artículo publicado en Diario Ideal el martes 24 de mayo de 2011